jueves, 10 de diciembre de 2009

El tobogán de diciembre: memoria de Cromañón

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Diciembre solía ser una cúspide. Una ascensión hacia la época festiva del año. El espíritu de encuentro, de regocijo, de reciprocidad, de confraternidad de las fiestas de diciembre transciende el significado religioso y el calendario que les dieron origen, y se derrama sobre toda la sociedad argentina, más allá de credos y culturas. Chicos y jóvenes disfrutan el fin de las cargas escolares. Muchos preparan las vacaciones. Todos hacemos en nuestras urgencias cotidianas un paréntesis que nos da tiempo para mirar hacia lo esencial, lo más noble, de nuestra condición humana ―y, como tal, divina.

Pero desde hace un lustro diciembre se ha convertido en un tobogán. Una pendiente que se precipita hacia la atroz certeza de lo que sucedió entonces y no tiene remedio. Cinco años atrás, el destino de los chicos que fueron a Cromañón se deslizó también por un declive cruel. La diferencia es que ellos no sabían lo que venía. Creían que estaban escalando. Iban a congregarse en la cumbre, con la alegría y el ánimo exaltado de la celebración. Fueron sorprendidos por la emboscada perversa que una colección de miserias humanas les tendió: la codicia, el desprecio por el prójimo y por su vida, la corrupción, el contubernio, la negligencia, la ignorancia, la ineptitud. A las que se agregaron, a lo largo de los cinco años que siguieron, la indiferencia, la cobardía, la complicidad, la traición.

En cambio ahora, en el presente, quienes fueron alcanzados por la tragedia (deberíamos ser todos, ¿no?) sí saben lo que viene a través de diciembre, hasta la noche del 30: el descenso hacia el abismo, hacia el momento en que la memoria del dolor (o el dolor de la memoria) se manifiesta es su más desgarradora intensidad. Ese instante que encontrará una vez más a familiares, sobrevivientes, amigos y adherentes reunidos en el homenaje silencioso pero determinado junto al santuario de Plaza Once. La justicia por Cromañón aún no ha llegado.
La foto es de Daniel Pessah y fue tomada de La Nación.
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