sábado, 10 de abril de 2010

Que sueñes con los angelitos

Por Toto Imperatore.
De todas las noches de mi infancia, las verdaderas noches de infancia eran aquellas en las que mamá me arropaba en la cama para dormir, y papá venía, me daba un beso en la frente y me decía "que sueñes con los angelitos". No pasaba todas las noches, porque a menudo papá trabajaba hasta tarde y llegaba a casa cuando yo ya estaba dormido. Pero en las noches completas todo el significado de la infancia, el de ser niño, era dormirme bajo el techo protector del hogar, arropado por mamá, con la frente ungida por el beso de papá y el augurio de soñar con los angelitos desvaneciéndose de a poco en mi memoria auditiva.

Las 4 de la madrugada son esa frontera difusa entre hoy y mañana o quizá entre ayer y hoy, no se sabe bien. El Buenos Aires actual no es, a mis ojos, igual al de mi infancia. Las calles se convierten en dormitorio para centenares de sin techo ("personas en situación de calle", según el eufemismo anestésico políticamente correcto). Algunos son cartoneros que completaron la recolección y, dormidos junto a su carga, esperan a que se haga el día para viajar a sus remotos hogares. Otros, la mayoría, no tienen más hogar que la intemperie de las calles hostiles, a esa hora vacías. Muchos son niños. Lo que muestra la foto, entonces, no tiene nada de sorprendente, salvo que sucede en plena Plaza de la República, junto al Obelisco, el centro de la ciudad por antonomasia. Los tres pibitos eligieron dormir en medio del embaldosado, sobre la rejilla que emana el calorcito del subte.

Qué suerte que la foto es borrosa. Me dijeron que si se vieran bien los rostros de los pibes, yo podría ser demandado y castigado, porque ellos son menores y al difundir su identidad habría violado sus derechos. Derechos que la ley protege. Sí, se nota. Qué contrasentido doloramente absurdo. Al verlos pensé en los angelitos a los que mi viejo encomendaba mis sueños. Nadie les habrá deseado a estos pibitos, hace un rato, cuando se durmieron, que soñaran con los angelitos. Quizás no puedan, porque los angelitos son ellos mismos. El sueño es el estado de mayor indefensión del ser humano. El no tener un hogar, el estado de mayor indefensión de un niño. Un niño dormido en la calle es el más indefenso de los ángeles.

Publico esta foto para que yo, para que vos, para que todos nosotros, de aquí en más soñemos con los angelitos. Para que, noche a noche, los políticos, los funcionarios del Gobierno Nacional y los funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en la que escenas como ésta se repiten a diario, sueñen con los angelitos. Con estos angelitos. Con todos los ángeles como ellos que hay desprotegidos. Para que ese sueño nos atormente, los atormente. Para que ni una noche, ni una sola noche, dejemos de soñar con los angelitos.